UGT considera que la regulación de las empleadas del hogar y del colectivo de ayuda a domicilio debería estar recogida en normativas diferentes

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UGT considera que el Real Decreto supone un avance en la dirección correcta para proteger al colectivo, pero la regulación de las empleadas del hogar y del colectivo de la ayuda a domicilio debería estar recogida en normativas diferentes.

El nuevo Real Decreto 893/2024, de 10 de septiembre, por el que se regula la protección de la seguridad y la salud en el ámbito del servicio del hogar familiar, tiene como objetivo cumplir con el Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es un acuerdo que busca mejorar las condiciones laborales de las empleadas del hogar, un colectivo compuesto mayoritariamente por mujeres, la inmensa mayoría de ellas inmigrantes. Estas trabajadoras se encargan del cuidado del hogar y también, de personas mayores y de niños y niñas.

Uno de los retos que ha enfrentado este decreto ha sido encontrar un equilibrio entre el derecho constitucional a la inviolabilidad del domicilio y las responsabilidades de los empleadores respecto a la salud y seguridad de las personas que trabajan en sus hogares. El Real Decreto intenta implementar medidas que no impongan una carga económica o administrativa excesiva a las familias empleadoras.

No obstante, desde el punto de vista de la Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT), aunque el decreto cubre adecuadamente las obligaciones hacia las empleadas del hogar, existe un problema al incluir en la misma regulación al colectivo de la ayuda a domicilio. 

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