Las personas trabajadoras inmigrantes sufren accidentes causados por calor en mayor proporción que la media general, lo que evidencia su mayor exposición a entornos extremos sin suficiente protección.
La Unión General de Trabajadoras y Trabajadores (UGT) vuelve a denunciar la alarmante vulnerabilidad de las personas trabajadoras de nacionalidad y origen extranjero frente a los riesgos laborales derivados de las altas temperaturas, que año tras año se agravan como consecuencia del cambio climático. Lejos de ser una excepción, las olas de calor se han convertido en un riesgo estructural y previsible, ante el cual muchas empresas siguen sin actuar de manera responsable, especialmente en los sectores más precarizados y con mayor presencia de mano de obra inmigrante.
La siniestralidad laboral derivada de fenómenos meteorológicos adversos no hace más que confirmar lo que desde hace años venimos denunciando desde UGT: la desigualdad en el acceso a condiciones de trabajo seguras, la desprotección de las personas trabajadoras extranjeras y la falta de cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales, tanto por parte de algunos empleadores como por la insuficiencia de medios inspectores. La situación administrativa de la persona inmigrante define su vulnerabilidad.